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Actualizado Jueves , 18-02-10 a las 00 : 23
En declaraciones a ABC, Eugenio Merino se muestra sobrepasado por la repercusión que su obra ha generado en ARCO, al ser objeto de intensas protestas por parte de la Embajada de Israel. «Mi obra se ha entendido de otra manera a como la concebí. En ella hablo de la Alianza de Civilizaciones, del respeto entre religiones que tienen a un mismo Dios. No me parecía una idea descabellada, pero ahora creo que sí lo era. Con la religión cualquier cosa es impactante y cuanto más simple es una una interpretación más peligro tiene. Me entristece mucho todo lo ocurrido», reconoce Merino.
El artista, que ya causó polémica en ediciones anteriores de ARCO (aún conservamos en la retina las imágenes de un zombie Fidel Castro y de Damien Hirst pegándose un tiro en la sien) cree que la pieza «Stairway to Heaven» es «buena, el concepto es bueno y me he tirado a la piscina. Creo que soy bastante respetuoso con las religiones». Ante la pregunta sobre si se ha sentido molesto con el comunicado de protesta enviado por la embajada de Israel en España, el artista reconoce que es «su obligación. El arte tiene que molestar». Y para demostrarlo Merino recuerda a artistas tan polémicos como Andrés Serrano o Maurizio Cattelan (en una de sus piezas un meteorito alcanza al Papa). Un arte convencionalCon todo lo ocurrido, Eugenio Merino no puede evitar preguntarse si el problema no es que ARCO es muy convencional. «Llevo a otras ferias piezas muy cañeras y nunca ha pasado nada. Se han sacado
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